Los ángeles, según definición son, en la tradición cristiana, espíritus celestes criados por Dios para su ministerio. Según wikipedia “Es un ser inmaterial presente en las creencias de muchas religiones cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Los ángeles además actúan como mensajeros, ejecutando los juicios de Dios y sirviendo a los creyentes”.
Tampoco hace falta una definición concreta. Los ángeles son considerados criaturas de gran pureza destinadas a la protección de los seres humanos. En el cristianismo se habla también del ángel de la guarda, aquel a quien le asignan el especial cuidado de una persona en concreto.
Bueno, esta es la definición de ángel desde el punto de vista celestial extrapolado al mundo de lo divino. Para quienes creen en Dios, los ángeles existen de todas maneras, pero para aquellos que no creen en él no debería existir ninguna duda de su existencia, ellos viven entre nosotros. Creo firmemente que independientemente se crea o no en la existencia de Dios y de los ángeles no podemos pasar por alto el hecho de que existen personas en esta Tierra con características angelicales o que en algún momento de nuestra vida actúan como tal. Tengo fuertes razones para pensar que los ángeles existen no sólo por mi fe sino por mis vivencias.
Desde mi punto de vista existen varios tipos de ángeles, aquellos que trabajan de la mano de Dios y aquellos que habitan la Tierra, y es de estos últimos de quienes quiero hablar, de personas clave en nuestras vidas que aparecen en los momentos de más necesidad de una manera inesperada y que “casualmente” nos ayudan a sobrellevar los problemas de nuestra vida o incluso nos sirven de apoyo para poder salir de laberintos sin salida en los que muchas veces entramos.
He aprendido a vivir intentando captar esas señales: cuando te das cuenta que casualmente te falta dinero para terminar de pagar el pan y una señora aparece de la nada ofreciendo lo que falta para completar la cuenta, cuando pierdes el autobús y aparece repentinamente un conocido que te lleva, cuando empiezas los trámites legales sobre algún asunto y piensas que nunca acabarán, aparece ese señor peladito, extremadamente amable que soluciona todo en un momento. Sería una desfachatez por mi parte pensar que son sólo casualidades. Son personitas que están ahí colocadas estratégicamente para alivianar los problemas diarios, las cosas que pasan y de las que pierdes el control por segundos.
Ahora bien, hay otros ángeles mucho más cercanos, son ángeles asiduos. Yo considero que una de mis mejores amigas, Gema, es definitivamente un ángel en mi vida. Me sorprende que nos llamemos justo en momentos de mayor necesidad. Podemos pasar algunos días sin hablarnos, no por nada, sino porque las dos llevamos vidas muy ajetreadas, pero es en momentos clave cuando decidimos comunicarnos. No sólo eso, sino que sabes que puedes contar con esa persona. Yo creo que todos los mejores amigos son ángeles, con esto quiero aclarar que no tengo la exclusividad del “ángel mejor amigo”. Creo que todas las personas que gozan con la gracia de tener un mejor amigo, tienen un ángel en su vida ¡eso seguro! Hay una frase que no puedo pasar por alto “Los amigos son ángeles que nos ayudan a volar cuando nuestras alas se han cansado de hacerlo”. Por ejemplo, no puedo dejar de hablar de Patricia, la mejor amiga de mi madre. A ella la voy a categorizar como angelazo. Sobre todo en los momentos más duros de Perú fue tomaditos de sus manos que toda la familia salió adelante. Paty es para todos nuestra madre peruana. No nos imaginamos una vida sin ella. Ella apareció en un momento clave en nuestras vidas y permaneció en los momentos de mayor dificultad. Hoy forma parte de nosotros y ya es considerada parte de nuestra familia. No es sólo por lo que hizo por nosotros, sino por quién es ella como persona. Es la fortaleza y la alegría hecha mujer porque a pesar de los momentos duros por los que ella ha pasado, si fuera un árbol sería un roble, a ella nada ni nadie la puede detener. El otro día en una conversación que tuve con mi madre ella me aseguraba que sin duda volvería a pasar por los momentos más difíciles de su vida porque habría merecido todo esfuerzo sólo por el hecho de conocer a Paty. Lo mismo digo yo y estoy segura que mis hermanos también. Porque otros ángeles clave también estuvieron ahí. Y si no se lo preguntamos a mi hermana Claudia, que conoció a muchos de ellos. También lo recordábamos en una comida familiar: Claudia, ¿te acuerdas lo triste que estabas porque te iban a cambiar de colegio? Y ella lo afirmaba. Lloraba desconsolada cuando hablaba por teléfono con ella y me comentaba que tendría que cambiarse de colegio. Yo no podía hacer nada. Así que se fue al colegio Nuestra Señora de la Reconciliación donde conoció una manada de ángeles: Romina, Brenda y Malú. He coincido pocas veces con ellas, pero les tengo un cariño enorme porque estuvieron ahí cuando falté yo. Apoyaron a mi Claudia y a toda la familia en momentos de rabia, de tristeza y además fueron protagonistas de sus momentos de mayor felicidad. Y sólo por esto tienen ganado mi eterno agradecimiento.
Y ahora me doy cuenta de muchas cosas. Las cosas que vivimos tienen sus consecuencias siempre. Me acuerdo que a mis 15 años fui a Convivio (Congreso de Estudiantes Católicos). Convivio fue en el año 2000 y aun aparece en mi vida. Recuerdo entrando en el recinto donde fue, las charlas, la gente, y sobre todo lo positivo que fue para mi vida. La pregunta de aquel Convivio fue ¿Por qué no cambiar el mundo? Luego toda mi familia lo conoció. Y hoy sentados en la mesa seguimos cantando sus canciones. Ahí conocí muchos ángeles. Tengo que mencionar a mi Mayé, con quien hice gran amistad. Cuando me fui de Perú se convirtió en un gran apoyo para mi familia. Hizo todo lo que estuvo en sus manos por protegerlos y ayudarlos. Hace 10 años que no nos vemos, pero seguimos en contacto, muy de vez en cuando, pero ella sabe cuánto la quiero y que siempre tendrá un lugar especial en mi corazón y en mi familia. Aunque ella es otro tipo de ángel. Ella es una persona- ángel. Ese tipo de personas a las que sólo les falta las alas, se distingue a leguas su carisma, son ángeles por naturaleza.
Y hace poco, cuando estaba pasando por un momento difícil de mi vida, de inseguridad, de duda, de superficialidad, apareció un amigo que conocí en Convivio del que no sabía absolutamente nada hacía muchos años. Él es sin duda un ángel más en mi vida. Hemos tenido muchas conversaciones, he crecido espiritualmente, me ha ayudado a descubrir qué es lo que yo realmente quiero en mi vida cuando la verdad es que yo ya tenía trazado otro camino, probablemente que me alejaba más de mi propia felicidad. Y siempre me cuestiono ¿por qué? Fue en un momento clave y definitivamente lo necesitaba.
Puede que apareciera en mi vida para recordarme el verdadero sentido de ella. Como decía mi amiga Eli, otro angelito que tengo por ahí, “ahora eres como la Macarena de 16 años pero con 10 años más” Puede ser que todo este tiempo me haya ayudado a descubrir realmente quién soy y a apartarme un poco del ruido del mundo que muchas veces te aleja de lo esencial. En este momento me encuentro en un estado de felicidad, de incertidumbre pero de confianza y tengo que agradecer la manera tan sutil en cómo estos ángeles han actuado en mi vida.
No puedo terminar este artículo sin dejar de mencionar a mi abuela Eliana. Hace poco más de un año ella nos dejó pero sigue muy presente en mi vida. A veces le hablo a ella y le pido que interceda por mí. Yo estoy segura que es mi ángel particular, que va conmigo a todos lados, que me cuida y me aconseja, suave y cariñosa como siempre lo fue conmigo.
En este sentido me considero una persona afortunada... ¡vivo siempre rodeada de ángeles!

=)
ResponderEliminarDAC
me encanta!!! muy lindo mi makitoo! tu tb eres un angel en mi vida! muaaak
ResponderEliminarclau
Me encanta ser tu ángel, y guardar y cuidar de ti y de tus sueños!!! Tú eres mi estrella, la que me guia y me aclara el camino cuando lo veo todo oscuro.. Te quiero, x siempre...
ResponderEliminarGemito Grillo
Maquita me encanta lo que escribiste, tengo la certeza que los ángeles existen, en mi vida hay muchos y siguen apareciendo....te amo.
ResponderEliminarmamá.
Maca, claro que hay ángeles, y todos lo somos en su debido momento, a veces sin darnos cuenta sacamos lo poco o mucho de bondad que todo ser alberga en su interior para hacer feliz a otra persona. Es muy probable que acabemos siendo ángeles de alguien y nunca lo sepamos... lo importante es recordar con amor, como tú lo has hecho, esos actos. Por mi parte, recuerdo siempre, en especial a tu madre, a toda tu familia, que marcaron mi vida de una manera muy especial. Los amo de una manera muy profunda. Besos. Patty
ResponderEliminarSiempre tan espiritual, muy bonito Maquita
ResponderEliminarte echaba de menos Macaaaaa, me encanta, como todo lo que escribes. Un beso para todas vosotras, que sois la definición de ángel.
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