Admiro a aquellas personas que se han atrevido en algún momento a hablar sobre la maternidad. Pienso que tienen un coraje y una valentía increíble. Yo no me he atrevido durante 8 meses y analizándolo bien, creo que es un pequeño temor a no poder expresar con palabras lo que significa para mí ser mamá.
Sofia es un nombre que me ha acompañado toda la vida. Es mi segundo nombre. Pero hoy tiene un significado completamente diferente para mí, dejó de pertenecerme por completo porque hoy, Sofia, es mi hija. Ella, desde el minuto cero, cuando por primera vez supe que venía en camino, se convirtió en mi razón de vivir. Y no digo que antes no tuviera razones. Al contrario. Pero son razones diferentes, razones que incluso pueden cambiar o alterarse… antes de ser madre eres libre del amor incondicional, un amor que no creo que se pueda explicar sin experimentarlo. Yo siento eso por Sofia. Ahora ella es mi razón y toda mi vida, en su todo, viene a partir de ahí. Todo viene después.
Y sinceramente, no sé cómo seguir… son las ironías de la vida que, como periodista, me vea tan sobrepasada por un hecho que no pueda ni escribir… voy a comenzar desde el principio...