Buscando una estrella

XIV Jornadas de Empleo de la Universidad Miguel Hernández de Elche

Ayer, durante las XIV Jornadas de Empleo de la Universidad Miguel Hernández, tuve el placer de escuchar a una periodista consagrada, Maite Vilaseca. Probablemente no suene su nombre como el de Mónica González Mujica en Chile o el de Rosa María Calaf en España, pero Maite es sin duda un ejemplo a seguir. Afirma que a ella le habría gustado parecerse a Carmen Sarmiento cuando inició sus estudios, viajar por el mundo y ser reportera de guerra, lo que me hizo recordar mucho a mis deseos cuando comencé los estudios periodísticos. Pero a pesar de las primeras motivaciones, Maite ha dedicado su vida profesional al periodismo local y hoy es jefa de contenidos de la emisora Onda Cero en Elche.

La mayoría de los participantes del evento eran estudiantes de primero de carrera. He de decir que se notaba: típica timidez, preguntas inadecuadas (aunque completamente factibles) y cierta inquietud ante los temas tratados. Se respiraba un ambiente de inseguridad pero a la vez de oportunidad (estamos en primero y nos están diciendo qué debemos hacer).

Con el objetivo de captar la atención de los presentes Maite formuló una pregunta: ¿Por qué habéis estudiado periodismo? Y entonces me quedé pensando. Tenía muchas respuestas: me gusta escribir, me gusta informar y estar informada, siempre estoy hablando y transmitiendo, me encanta la comunicación, me gusta leer, estoy completamente enganchada a las redes sociales y sobre todo, creo firmemente en el futuro del periodismo. Pero nadie contestó. Yo preferí dar la oportunidad a mis futuros colegas, pero nadie dijo nada. Como decía antes, típica timidez.

¡Da un cambio a tu vida!

Quiero decir que me quedé impresionada. Yo siempre he sido una persona de fe, a quienes me conocen les consta, que siempre he vivido con cierto optimismo y felicidad a pesar de las adversidades.

Pero hace poco más de 2 meses sufrí una gran decepción. El día 13 de Diciembre fue el peor día del año y  hacía mucho tiempo que no lo pasaba tan mal. No voy a entrar en detalles porque no es lo importante, pero a partir de ese día todo se volvió medio grisáceo y mis planes cambiaron de forma radical. Empecé a actuar de un modo poco común en mí, lánguida forma de andar por la vida, repulsión por lo que estaba pasando. No quería estar donde estaba ni vivir lo que estaba viviendo, con  un toque pesimista que no aguantaba ni yo. Pesimismo según la RAE es un “sistema filosófico que consiste en atribuir al universo la mayor imperfección posible”, quédense con esta descripción que incluye "universo" en sus líneas.


Tampoco soy una persona muy discreta. Todo el mundo a mi alrededor sabía lo qué me había pasado y percibía ese mal aura que desperdigaba por el mundo. Es mi forma de ser, soy prácticamente un libro abierto. Incluso he llegado a pensar que tenía un mal de ojo o algo por el estilo (sí, suelo ser bastante melodramática en ciertas circunstancias).

En ese momento entra en escena mi madre. Ella fue quien me dijo que leyera “El Secreto” de Rhonda Byrne. Me explicó, en primera instancia y rápidamente, que el secreto es la ley de atracción y que vivimos lo que atraemos. Si, en teoría es muy alentador, fácil incluso de entender, pero todo esto va más allá.

No hay distancia que esté lejos

Cuando sales de tu país tan joven y conoces la travesía de recorrer el mundo aprendes a lidiar con la distancia. Dicen que no es buena compañera de las relaciones. Yo creo lo contrario. La distancia es la prueba de fuego: creo que las relaciones que valen y perduran son aquellas que rompen las barreras del espacio y el tiempo. Y no me equivoco: la distancia es como el viento, apaga los fuegos pequeños y enciende los grandes. Gracias a la distancia se descubre a  los grandes amigos, aquellos que incluso en las peores circunstancias (nada como unos cuantos miles de kilómetros), siguen ahí. 

Pero hay algo que sin duda confirma mis palabras, el reencuentro. Es emocionante y a la vez una paradoja. Es como si el tiempo no hubiera pasado ni la distancia existido. Este fin de semana viví ese reencuentro con mi prima Paula. La última vez que la vi ella tenía unos doce o trece años y yo alguno más que ella. Paula nació en Estados Unidos y por tanto siempre hemos vivido en lugares diferentes. Por eso el reencuentro se torna en nuestro punto de unión entre tiempo y tiempo. Es como si dibujáramos una línea de tiempo y cortáramos los espacios en los que hemos vivido separadas, formamos sólo una línea común llena de recuerdos y vivencias que hemos tenido la gran felicidad de recordar en estos días. 

Me ha dado una alegría inmensa verla y saber que a pesar de todo seguimos queriéndonos y sintiéndonos familia (algo que sin duda se valora mucho más con el pequeño detalle de la distancia). Paula siempre ha significado mucho para mí y para mi familia. Fue la prima que más nos visitó cuando estuvimos viviendo en Perú  y en cada una de sus visitas ella rápidamente se convertía en una más del clan, lo que despertaba en mí sentimientos de hermana mayor. 

De vuelta al Medioevo...

Si hay algo que me fascina de España es el “esfuerzo” que hacen los pueblos por mantener la tradición y la historia. Aunque no diría que es un esfuerzo propiamente dicho, porque la mayoría lo hace porque está dentro de ellos. Esto es, por ejemplo, el amor por la lengua de su tierra: en la Comunidad Valenciana el valenciano, el gallego en Galicia, el vasco en el País Vasco y en Cataluña el catalán. Todas ellas lenguas oficiales en sus respectivos territorios, a parte del castellano reconocida como lengua oficial en todo el territorio español.

Como anécdota tengo que decir que a una amiga mía valenciano parlante un día le comenté que yo hablaba sólo español a lo que ella contestó diciendo que el valenciano también era español. Tiene  lógica y por tanto, desde ese momento y a todos los efectos, yo hablo castellano. 

Mercado Medieval, Orihuela 2011

He hecho esta introducción para explicar lo importante que es la tradición en España. Y dentro de las diferentes acciones que se llevan a cabo hay algo que llama por completo mi atención: las ferias medievales. Son verdaderas exposiciones de arte y de historia. Son mercados  que se ambientan en la Edad Media y prácticamente todo lo que venden son cosas artesanales: dulces, juguetes, perfumes, jabones, joyas, bisutería, adornos, etc. Los vendedores se disfrazan de auténticos comerciantes de la época, utilizando un atuendo ad hoc entremezclando colores y diseños que transportan a los visitantes cientos de años atrás. 

La decoración de las calles acompaña el ambiente. Los diferentes puestos colocados uno al lado del otro están adornados de tal manera que al espectador no le queda duda alguna: en algún momento se puede cruzar con el Rey Arturo, con un bufón de la corte o tropezar de pronto con una gran fortaleza que delimita la entrada a un gran castillo feudal. Es sinceramente pintoresco e impresionante. 

Entre el teatro y 'Silencis'

Ayer tuve el placer de disfrutar de una buena obra de teatro. A pesar de haber sido siempre admiradora del teatro, no me considero una crítica profesional de ese hermoso arte. Cuando era pequeña participé de varias obras de teatro en el colegio, pero con el paso de los años dejé de practicarlo y le he ido dando paso a verdaderos artistas como mi amiga Allende García. 
 

Cartel de Silencis

Allende y yo nos conocemos desde hace ocho años, cuando llegué a España. Ya en aquella época era una artista: siempre se ha dedicado a hacer bolos, actuaciones, clown shows, ha formado parte de varios grupos de teatro y es una persona que ha perseguido su sueño. Ella quería ser una artista profesional.  

Hace unos años atrás Allende comenzó sus estudios artísticos en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia donde está teniendo muchos éxitos. Uno de ellos ha sido participar en como actriz en Silencis, obra que presenta la Compañía Ferroviaria de Artes Escénicas  dirigida por Paco Macià y que está basada en la novela de Carles Cortés “Els Silencis de Maria”.

La obra tiene una sencilla puesta en escena: los elementos arriba del escenario son tan sólo una urna de cristal y una gran tela semitransparente. Silencis transcurre en dos lugares diferentes: la prisión y Dubai. En el primer espacio se desarrolla un diálogo entre Héctor, acusado de asesinar a su mujer, y Laura, una joven que decide visitarlo para aclarar los motivos de su delito. En el segundo espacio se encuentra María, la protagonista, quien vive en un palacio en Dubai donde tiene que compartir a su marido con otras tres mujeres. Silencis es una reflexión sobre lo que puede producir la soledad y el silencio en el ser humano, cualquiera que sea su condición sexual y realidad, afirma Cortés. Él denuncia que muchos problemas de la sociedad actual no existirían si tuviéramos más comunicación y menos silencio.

Yo soy chilena miércale…!

Es complicado de explicar. Más bien es largo de explicar… cuando yo me fui de Chile tenía sólo 10 años. Si, era una niña, pero me acuerdo como si fuera ayer.

Un día mi madre me fue a buscar al colegio y como soy la mayor de 5 hermanos prefirió hablar en primer lugar conmigo antes de hacerlo con ellos. Me llevó a comer una gran copa de helado de crema, mi sabor favorito, y entonces me dijo que nos íbamos a vivir a Perú. Bueno, para ser sincera, en un principio nos íbamos a Bolivia, pero eso no importaba en aquel momento. Lo que verdaderamente me importaba era la gran aventura de viajar en avión.  Porque si, porque a esa edad no piensas ni en las consecuencias, ni en lo que viene por delante, ni en lo que vas a vivir. Te importan realmente las cosas sencillas como volar en avión.Asique me separé de Chile muy pequeña. Y ¿saben qué pasa cuando sales de tu país tan joven? que no vuelves a pertenecer a un sitio en concreto nunca más. Se arraigan en ti las diferentes culturas donde vives y te empiezas a convertir en una especie de ciudadana del mundo o apátrida.

¡Bienvenidos a Historias Varias!

Bueno si, por fin he decidido escribir. No es que no me guste, lo que pasa es que a veces pienso que mi mente va mucho más rápido que mis dedos o que incluso mi voz. Por eso no paro de hablar. Pero sí, me gusta escribir y me gusta contarle a todo el mundo las cosas que me pasan y mis pensamientos.

Pero cuando escribo, cuando por fin transmito en letras lo que siento y pienso es cuando me siento realmente bien. Porque yo soy de las personas que piensa que la vida es eso, un conjunto de aventuras y experiencias y por esa regla de tres, la vida de todas las personas es digna de ser contada. Para quienes me conocen saben que soy un libro abierto y que tengo mil y una historias que contar. Antes lo hacía a través de emails a mi gente más cercana. A partir de hoy lo voy a compartir con quien quiera leerlo.

Por eso les doy la bienvenida y espero que lo pasemos bien, tanto yo escribiendo como ustedes leyendo.




¡Bienvenidos a Historias Varias!