Yo creo. Creo que no estamos aquí por mera casualidad. Creo que todos tenemos un objetivo y una misión por la cual estamos aquí. Me es muy difícil pensar que todo es ciencia, que la única forma de conocer es por medio de la razón y que no existe un más allá. Somos mucho más de lo que conocemos de nosotros mismos y si cada uno hiciera lo que debe hacer, el mundo ardería de amor porque estamos llamados a amar y esa es la clave de la felicidad.


martes, 8 de febrero de 2011

De vuelta al Medioevo...

Si hay algo que me fascina de España es el “esfuerzo” que hacen los pueblos por mantener la tradición y la historia. Aunque no diría que es un esfuerzo propiamente dicho, porque la mayoría lo hace porque está dentro de ellos. Esto es, por ejemplo, el amor por la lengua de su tierra: en la Comunidad Valenciana el valenciano, el gallego en Galicia, el vasco en el País Vasco y en Cataluña el catalán. Todas ellas lenguas oficiales en sus respectivos territorios, a parte del castellano reconocida como lengua oficial en todo el territorio español.

Como anécdota tengo que decir que a una amiga mía valenciano parlante un día le comenté que yo hablaba sólo español a lo que ella contestó diciendo que el valenciano también era español. Tiene  lógica y por tanto, desde ese momento y a todos los efectos, yo hablo castellano. 

Mercado Medieval, Orihuela 2011
He hecho esta introducción para explicar lo importante que es la tradición en España. Y dentro de las diferentes acciones que se llevan a cabo hay algo que llama por completo mi atención: las ferias medievales. Son verdaderas exposiciones de arte y de historia. Son mercados  que se ambientan en la Edad Media y prácticamente todo lo que venden son cosas artesanales: dulces, juguetes, perfumes, jabones, joyas, bisutería, adornos, etc. Los vendedores se disfrazan de auténticos comerciantes de la época, utilizando un atuendo ad hoc entremezclando colores y diseños que transportan a los visitantes cientos de años atrás. 

La decoración de las calles acompaña el ambiente. Los diferentes puestos colocados uno al lado del otro están adornados de tal manera que al espectador no le queda duda alguna: en algún momento se puede cruzar con el Rey Arturo, con un bufón de la corte o tropezar de pronto con una gran fortaleza que delimita la entrada a un gran castillo feudal. Es sinceramente pintoresco e impresionante. 


El domingo pasado estuve en uno de esos mercados, el de Orihuela, conocido como el más grande de España. He de decidir que descubrí por qué hace honor a ese calificativo; en una mañana no alcanzamos a recorrerlo completamente. Mi familia y yo disfrutamos de la magia de la era medieval. A medio día comimos sentados en una mesa de un metro por cincuenta centímetros, fuera de una carpa de colores rojos y amarillos, mientras la gente seguía recorriendo las calles de la feria. Yo comí un bocadillo de chorizo con un vaso de coca-cola. Eso fue lo único que no concordaba con mi viaje medieval. Es de suponer que los medievales no conocían la coca-cola, ¡lástima! Habría sido perfecto si me hubiese podido pedir un gran vaso de greda lleno de cerveza sin alcohol ni químicos, al puro  estilo de Los Pilares de la Tierra de Ken Follett.

Aunque no hubiese alcanzado la esencia de la perfección, para mí sí lo fue. No hay nada mejor que disfrutar con la familia en una mañana de domingo  de un viaje en el tiempo al pasado, a la época que algún día formó parte del suelo que pisamos, una época que ahora lejana, sigue formando parte de nuestra historia y sigue encantando, aunque sea por pocos días, a todos aquellos que tienen la fortuna de haber presenciado, alguna vez, la recreación de uno de estos auténticos mercados medievales. 


Mercado Medieval Orihuela 2011

Juguetes y Comida artesanal del Mercado Medieval de Orihuela 2011

Recreación medieval y puesto de comida, Mercado Medieval de Orihuela 2011

Mercado Medieval Orihuela 2011


Agradecimiento: Fotografía Javiera Hernández Mateo


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